Hay pocas cosas más frustrantes para quienes trabajamos el marketing a pequeña escala que tener una reunión con los expertos de las plataformas publicitarias (Meta, Google, LinkedIn), especialmente si en cliente está (estás) delante. ¿Por qué? Porque en el 90% de reuniones nos van a recomendar prácticas que funcionan de maravilla con clientes con presupuestos ingentes, pero que chocan de frente con la realidad de los pequeños negocios. No siempre podemos triplicar el presupuesto, invertir 50€ al día en una campaña de Google Discovery o tener una campaña ‘de refuerzo’ en Youtube con 20€ al día. ¡Si ese es mi presupuesto para todas las plataformas!
Cuando trabajamos a pequeña escala, con frecuencia la teoría no sirve para nada. No, no podemos gastarnos invertir 3000€ el primer mes para hacer un test. Con suerte, invertiremos eso en un semestre, a veces es el presupuesto de todo el año si el ROAS no da para más. De hecho, cuando trabajamos a pequeña escala muchas veces la teoría no sirve para nada.
Así las cosas, esto es lo que creemos que sí que funciona para cuentas que no tienen grandes presupuestos pero quieren empezar a invertir en PPC.
- Tenerlo todo bien medido. Suena obvio, ¿verdad? Pues la realidad es que cada día trabajamos con webs que no tienen implementado un plan de medición o que no tienen correctamente configurado el seguimiento de conversiones. Sin eso, estaremos haciendo marketing a ciegas.
- Empezar con experimentos controlados. Si tuvieras un presupuesto infinito no contactarías precisamente con nosotros, sino que te irías a una mega agencia con mega proyectos y mega presupuestos. La realidad, la nuestra, es otra. ¿Por qué no empezamos con una pequeña prueba con los productos en los que tu empresa es más competitiva y en las zonas donde también vas a ser más competitivos?
- No cambiar lo que funciona. La avaricia rompe el saco y esas cosas. Cuando vemos que una campaña está dando resultados, a veces tenemos tantas ganas de que sean mejores que nos ponemos a hacer cambios al tuntún solo para ganar más y, spoiler, no siempre sale bien. Si una cosa funciona, no la cambies. Optimizar no es cambiar. Es hacer pequeños cambios para no volver locos a los algoritmos y hacer que funcionen mejor, pero no ponerlo todo patas arriba porque quiero más, más y más.
- Cambiar demasiado rápido las cosas que no funcionan. Tres semanas es el tiempo que nos dan la mayor parte de plataformas publicitarias para optimizar una campaña. Si la cambiamos a los 10 días porque no nos ha generado conversión, igual la estamos liando un poco porque no estamos dando tiempo a que los algoritmos mejoren las campañas. Es verdad que cuando los resultados van a ser desastrosos a veces se ve rápidamente (CPA elevadísimos, por ejemplo), pero generalmente merece la pena dar un poco más de tiempo a las plataformas para probar los cambios y la estrategias.
- Testear con cabeza. Un test de campaña está precisamente para eso, para probar cosas. Es el momento ideal para probar cómo reacciona el público objetivo a diferentes creatividades, pero ‘diferentes’ no quiere decir ‘infinitas’, quiere decir unas cuantas. Es cierto que las plataformas les encanta contar con variedad de creatividades para poder elegir y optimizar pero a veces nos puede ese ansia de ‘más’ y terminamos hinchando los anuncios con un montón de diseños que están condenados a no funcionar y a darnos más trabajo a todos.
Y no, no vamos a decirte exactamente cuánto vas a vender con cada campaña porque en nuestro trabajo intervienen los algoritmos, que cambian cuando los tienes controlados, y las personas, que hacen lo que les da la gana. Las estimaciones de las plataformas publicitarias también deberíamos cogerlas con pinzas.